¿QUÉ ES EL MATRIMONIO Y LA FAMILIA?

 

El Matrimonio y la Familia: La Célula Fundamental de la Sociedad

El matrimonio y la familia son las piedras angulares sobre las cuales se edifica la sociedad humana. Son los primeros lazos en los que nos formamos, los espacios en los que aprendemos a ser quienes somos. Es allí donde se nos entregan las claves emocionales y educativas para navegar la vida en comunidad. En su seno, descubrimos los principios que nos guiarán en nuestra interacción con los demás, tejiendo las primeras redes de relaciones humanas. En este contexto, la familia no es solo un conjunto de individuos, sino el destino ineludible de todo ser humano.

El Valor Relacional: El Origen de Nuestra Identidad

Como seres profundamente relacionales, necesitamos pertenecer a sistemas que nos otorguen significado, que nos hagan sentir que nuestras vidas valen la pena. La familia es la primera red, el primer sistema de interacción interpersonal. De ella surgen las relaciones más primarias y fundamentales, esas que nos definen y nos dan un sentido de identidad, de pertenencia, de raíz. Ninguna sociedad puede disociarse de este sistema, porque en él radica el verdadero desarrollo psicoemocional del ser humano. El matrimonio y la familia son, en su esencia, el sustrato donde brota el sentido de quiénes somos.

La Crisis Actual: La Desintegración de lo Esencial

Sin embargo, hoy enfrentamos una realidad dolorosa: la desintegración de la familia y la devaluación del matrimonio como institución fundamental. Es un reflejo claro de una sociedad que se tambalea, que ha perdido su rumbo al romper los principios básicos que cimentan la convivencia humana: valores, normas, afectividad, disciplina. Hemos cosechado los frutos amargos de una siembra que no sembró los cimientos esenciales para la vida en común.

La creciente exaltación de los derechos individuales ha desplazado el valor del compromiso y la entrega. La idea del matrimonio y la familia como pilares de una vida en común ha sido reemplazada por la búsqueda incansable del bienestar personal y la independencia. El matrimonio y la familia, por tanto, se han convertido en las primeras víctimas de un sistema que prioriza lo individual sobre lo colectivo, lo efímero sobre lo duradero.

La Sociedad Posmoderna: Un Mundo de Éxito Personal

En un pasado no tan lejano, la sociedad tenía un enfoque familiar, pero la irrupción de la posmodernidad ha transformado nuestra visión del mundo. Ahora, la promoción personal y el éxito profesional ocupan el primer plano de nuestras vidas. Muchas parejas, sumidas en esta mentalidad, creen que la clave del bienestar familiar está en el éxito económico, en las comodidades materiales que puedan alcanzar. Pero se equivocan. Los lazos familiares no se construyen con bienes materiales, sino con relaciones genuinas, con tiempo compartido, con momentos de verdadera conexión. Como dijo el psiquiatra C. A. Raimundo, «el capital está en las relaciones».

El Matrimonio en la Palabra: El Plan Divino desde el Comienzo

Cuando vemos el matrimonio y la familia a través de los ojos de la Palabra de Dios, entendemos que todo lo que existe está entrelazado con este orden divino. La creación de Eva como respuesta a la soledad de Adán establece el primer matrimonio (Gn. 2:18), y la formación del matrimonio como institución sagrada se da inmediatamente después (Gn. 2:24). El mandato divino de multiplicarse y llenar la tierra (Gn. 1:28) deja claro que el matrimonio y la familia son los vehículos a través de los cuales Dios cumple su propósito en la historia humana. Desde el principio, Dios ha utilizado la familia para llevar a cabo su plan redentor.

En la Biblia, la relación de Dios con su pueblo está descrita en términos de un vínculo conyugal, y el Antiguo Testamento culmina con una profecía sobre la restauración del orden familiar (Mal. 4:6). El Nuevo Testamento comienza con la genealogía de Jesús, quien entra en el mundo a través de la familia, mostrando así el modelo divino para la humanidad. Incluso la segunda venida de Cristo está representada como una relación marital: Cristo regresará por su novia, y la historia se cerrará con las bodas del Cordero. El matrimonio y la familia son y siempre serán la célula vital de toda sociedad.

La Promesa a Abraham: Un Llamado Familiar

La promesa de Dios a Abraham de hacer de él una gran nación se vincula directamente con la bendición de la familia. Dios establece que la familia es clave para el cumplimiento de su propósito en la tierra (Gn. 12:1-3). No es solo una promesa de crecimiento numérico, sino una bendición que se extiende a las generaciones venideras, un testimonio de su plan redentor.

El Matrimonio y la Familia: Un Testimonio de Nuestra Fe

En el círculo de aquellos que buscamos vivir conforme a la Palabra de Dios, comprender la importancia del matrimonio y la familia es esencial. No son un asunto circunstancial ni pasajero, sino que forman parte integral del plan divino desde el principio de la historia. Y son el primer banco de pruebas de nuestra autenticidad como cristianos. El Salmo 101 nos recuerda: «En la integridad de mi corazón andaré en medio de mi casa», porque es en el hogar, lejos de las apariencias y las fachadas, donde verdaderamente nos mostramos como somos.

El refrán popular «el jardín del vecino siempre parece más verde» tiene un profundo sentido en este contexto, ya que lo que vemos en la vida de los demás es solo una fachada controlada, una imagen pulida. Pero lo que vivimos en nuestro hogar, lo que experimentamos en la intimidad de nuestra familia, es la verdad más pura y reveladora de nuestra propia historia. Es allí donde se mide la autenticidad de nuestro amor, de nuestra fe, de nuestra vida.

Autor: Del Libro «Tu Matrimonio Sí Importa» de Juan Varela y María del Mar Molina.

Copyright © 2025 INSTITUTO INFFA